Todo lo que necesitás saber sobre las várices
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Las várices son un problema estético, sí. ¿Pero sabías que también pueden derivar en un problema de salud? Si no se tratan adecuadamente pueden derivar en problemas de circulación más graves como la trombosis o la embolia.
En el campo de la medicina estética se han desarrollado técnicas que permiten tratar las várices y obtener resultados muy satisfactorios. En esta nota te contamos más detalles.
Por qué nos salen várices
Piernas cansadas, piernas hinchadas. Todos sentimos estos síntomas cada tanto. Las varices son vasos venosos inflamados y dilatados que tienen que ver con problemas circulatorios en las piernas. La dilatación venosa se produce precisamente porque la sangre no puede circular adecuadamente por dentro del vaso sanguíneo y provoca entonces esa insuficiencia venosa.
Puede ocurrir o no que la vena inflamada esté abultada. En otros casos solo se notan pequeñas arañitas antiestéticas o telangiectasias que pueden salir solas o con otras venas reticulares más visibles. El lugar donde más salen es en las piernas y quizás se deba a que pasamos mucho tiempo de pie o sentados en una postura incorrecta. También pueden deberse a alteraciones hormonales, especialmente en el caso de las mujeres que atraviesan varias etapas. Otras causas habituales de la aparición de las várices son las siguientes:
- Factores hereditarios
- Alteraciones hormonales (embarazo y menopausia)
- Anticonceptivos o tratamientos con hormonas
- Sedentarismo
- Obesidad
- Permanecer demasiado tiempo de pie o sentado
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Tratamientos para eliminar las varices
Hay varias técnicas quirúrgicas y no quirúrgicas que se utilizan para tratar problemas de várices. No todos los casos son iguales, por eso es necesaria la supervisión de un profesional en la materia. Si se requiere cirugía, el procedimiento será más complejo y deberá ser supervisado por un cirujano competente. En ese caso, el médico eliminará aquel segmento de vena que presenta problemas de circulación y lo sustituirá por un injerto o por otro segmento de vaso que no esté obstruido para reestablecer la circulación sanguínea y reducir las posibilidades de que se produzca trombosis o embolia pulmonar o cualquier molestia asociada a las varices (piernas cansadas, picazón…).
Como alternativa a la cirugía, también se puede optar por otros métodos no quirúrgicos. Uno de ellos es la esclerosis, técnica que consiste en inyectar una solución química dentro de la vena afectada para inflar la pared interna de ese vaso sanguíneo, luego cicatrizarlo y cerrarlo. La sangre que antes circulaba por ese vaso sanguíneo busca entonces otras vías venosas para realizar su trayecto de vuelta. Esta técnica es indolora y consiste en sesiones de 20 a 30 minutos. La cantidad de sesiones depende de cada caso a tratar.
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Otra posibilidad es tratar las várices con láser endovenoso o con láser de diodo. Puede recomendarse para tratar várices de gran tamaño o complejidad que antes pasaban sí o sí por el quirófano. Con el láser se cierra también el vaso sanguíneo. A diferencia de otros métodos, el láser no produce efectos secundarios ni hematomas y en pocas sesiones se pueden obtener resultados satisfactorios. Otra ventaja es que, después de la sesión, el paciente puede retomar su rutina cotidiana casi con normalidad, sin necesidad de pasar por un proceso de recuperación largo como el posoperatorio.
Si notás que cada vez te salen más várices, no te dejes estar. Hacé una consulta con un médico para que te examine y evalúe la complejidad del caso. Puede ser que no te molesten, pero es necesario que consultes con un profesional para que no sufras un problema circulatorio más grave. Además, tené en cuenta que tratarlas supone una mayor calidad de vida y una mejora estética considerable.
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