¿Qué es la abdominoplastia?
Una abdominoplastía podrá mejorar su apariencia, también eliminar el aspecto de abdomen abombado, pero no necesariamente conseguirá el aspecto “ideal” o cambiará la apreciación que los demás puedan tener de Ud. Los mejores candidatos para este procedimiento quirúrgico son aquellas personas que están cerca de su peso correcto, pero presentan cúmulos de grasa en el abdomen junto con piel fláccida y que no responden a dietas ni ejercicios.
Una abdominoplastia está indicada tanto en hombres como en mujeres, aunque es particularmente útil en las mujeres que, a causa de embarazos, tienen un estiramiento o dilatación irreversible de la piel y de la musculatura del abdomen. También es útil en grandes pérdidas de peso corporal que no han sido acompañadas de la adecuada adaptación de la piel y ésta, por lo tanto, se ha descolgado
Aquellas mujeres con intención de tener embarazos, deberían posponer este tipo de cirugía, puesto que un nuevo embarazo volvería a dilatar la piel y la musculatura. Tenga presente que este procedimiento no tiene por qué proporcionarle mejores relaciones con los demás o una silueta perfecta.
¿Cómo se realiza una abdominoplastía?
Las consultas preoperatorias son muy importantes, ya que en ellas se evalúa la cantidad de grasa y piel sobrantes, la elasticidad de la piel y, por tanto, la longitud y forma de las incisiones. En determinados casos en los que la flaccidez está por debajo del ombligo, la incisión puede ser tan corta como las que se realiza habitualmente en las cesáreas. En otras ocasiones esta incisión irá de cadera a cadera, pasando por encima del pubis y alrededor del ombligo. Existen situaciones intermedias en las que se puede combinar con liposucción y, por lo tanto, acortar la cicatriz.
La operación clásica dura aproximadamente de 2 a 3 horas, si no se combina con liposucción, que en su defecto durará de acuerdo a la cantidad de grasa a extraer. La cirugía podrá realizarse bajo anestesia general, epidural o local. En el caso de que sea con anestesia general o epidural, necesita una o dos noches de ingreso hospitalario o clínico, no sucediendo así cuando la anestesia es local, en la cual será a criterio médico.
El exceso de piel y grasa se elimina y se tensa la musculatura abdominal realizando como un corsé. La piel del abdomen se vuelve a tensar para cerrar la herida inferior. Por último se saca el ombligo a la superficie de la piel mediante una pequeña incisión. Terminada la cirugía se dejan unos tubos de drenaje y se coloca un vendaje o una faja.
En los procedimientos limitados, conocidos como “miniabdominoplastía”, la operación se simplifica. L incisión es más corta (similar a la de la cesárea), el ombligo no cambia de lugar o lo hace sin cicatriz añadida y el procedimiento quirúrgico no tiene por qué hacerse bajo anestesia general, por lo que se hará en forma ambulatoria.
El postoperatorio
Durante unos cuantos días tendrá una sensación de tirantez en el abdomen y deberá caminar encogido. Estas molestias pueden o no ser dolorosas, pero habitualmente ceden con la medicación y no deben impedir que Ud. se mueva y camine libremente, aunque con ayuda. Un ejercicio suave después de la operación mejora la desinflamación y acorta el período de recuperación. Lo más corriente es que pueda realizar vida normal, incluyendo ir a trabajar, en unos 10 a 14 días. Posteriormente, la piel abdominal continuará desinflamándose y mejorando de aspecto lentamente. Este período puede durar de 4 a 6 meses.
Las suturas se retirarán entre los 10 y 21 días, pero la cicatriz no estará del todo normal hasta que no hayan transcurrido un mínimo de 6 meses.
Tenga en cuenta que con una abdominoplastía se consiguen resultados muy duraderos siempre y cuando mantenga una alimentación y una actividad controladas. Si piensa quedarse embarazada, debería posponer la cirugía.
Riesgos
La Abdominoplastía está considerada como una intervención quirúrgica segura y con un índice muy bajo de complicaciones. No obstante debe saber de que no está exento de los riesgos inherentes a cualquier cirugía y de complicaciones propias a este procedimiento.
La infección de las heridas o el sangrado excesivo son complicaciones raras que ocurren en menos del 1 % de los pacientes. El sangrado excesivo o la presencia de grandes hematomas ocurren generalmente en casos en los que el paciente toma o ha tomado determinados tipos de medicamentos antes de la operación, como aspirinas por ejemplo. Más infrecuente aún es la aparición de embolismos grasos o trombo embolismos pulmonares, es decir, la presencia de fragmentos de grasa o coágulos de sangre dentro de del torrente sanguíneo.
Generalmente, no aparecen alteraciones del color de la piel o alteraciones temporarias o permanentes de la sensibilidad del abdomen. También es infrecuente la presencia de seromas (cúmulos de suero bajo la piel), que en el caso de que aparecieran habitualmente se tratan con facilidad sin dejar secuelas.
Si Ud es fumador, es bastante aconsejable que reduzca drásticamente la cantidad de cigarrillos o que incluso deje de fumar. El tabaco contribuye a una mala cicatrización y circulación sanguínea, aumentando la posibilidad de complicaciones como la pérdida de piel en los bordes de la herida, denominada necrosis.
El resto de las complicaciones, incluyendo las derivadas de la administración de anestésicos, son las más comunes a la práctica de otras intervenciones quirúrgicas.
Dr. José Luis Moretti - Cirujano Plástico - M.P. : 23 477
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