Tipos de abdominoplastia: ¿cuál se adapta mejor a cada caso?
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Soñar con un cuerpo diez es más que normal. Todos sabemos lo importante que es tener una buena estética y nos matamos por conseguir una figura esbelta que nos permita lucir mejor la ropa. Por eso nos cuidamos de los kilos de más, llevamos una dieta sana, seguimos hábitos de vida saludables e incorporamos una rutina física a nuestra vida. El problema es que, en muchas ocasiones, hay circunstancias como el estrés, la baja autoestima, la falta de tiempo, los cambios en el cuerpo producto de los embarazos, la edad, etc. que hacen que descuidemos nuestros hábitos y perdamos la forma.
Son estos factores los que provocan una acumulación de grasa en el cuerpo, sobre todo en la zona abdominal. Es grasa que se deposita en el tejido y permanece inmóvil porque no se queman las calorías ingeridas a falta de actividad física y por culpa de una mala alimentación. Además de acumular grasa, generamos celulitis, flacidez y estrías. En algunos casos, la abdominoplastia es una buena opción para eliminar la grasa acumulada en la zona del abdomen y mejorar su aspecto general. Pero ¿sabes qué tipo de abdominoplastia necesitás? Dependiendo de la cantidad de grasa y en qué zona se deposite, será necesario realizar una abdominoplastia tradicional u otra más específica.
¿Qué es la abdominoplastia?
La abdominoplastia es una cirugía estética que consiste en la extracción del exceso de grasa depositado en la zona abdominal. El cirujano realiza una incisión en el área púbica (así quedará oculta por la ropa interior) para liberar la piel hasta la zona del ombligo. De esta manera, queda descubierta la musculatura del abdomen, que se refuerza mediante puntos de sutura, como si se armara un corset. A continuación, se elimina el exceso de grasa y de piel. Finalmente, se une la piel del abdomen a la altura del pubis de manera que quede uniforme y sin pliegues, y se recoloca el ombligo, para cerrar con puntos de sutura intradérmicos.
Para realizar esta cirugía se utiliza anestesia general. Por ese motivo, el paciente tiene que estar internado uno o dos días. Después de la operación tiene que permanecer en reposo durante por lo menos 15 días. No debe realizar ningún tipo de esfuerzo durante este período de tiempo y, en lo posible, extender el reposo hasta 30 días. El doctor puede recomendar el uso de una faja abdominal para que la piel se fije bien a la musculatura.
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La abdominoplastia le permite al paciente recuperar su figura o conseguir una cintura más estrecha y un abdomen con curvas y la piel firme. Además, al reducir el exceso de grasa y peso en la zona del abdomen, la abdominoplastia reduce los dolores de espalda y las molestias que producen las rozaduras de la piel.
Los resultados son inmediatos y duraderos siempre y cuando el paciente cuide su alimentación y siga unos hábitos de vida saudables para no volver a aumentar de peso. Como en toda operación, la abdominoplastia también puede traer ciertas complicaciones como infecciones o trombosis. Las posibilidades de que se den son muy pocas pero hay que tenerlo en cuenta y seguir los cuidados que especifica el médico. También pueden aparecer hematomas y seromas pero no son de gravedad y suelen resolverse por sí solos con la ayuda de algún medicamento. Hay que tener en cuenta que los pacientes fumadores tienen más posibilidades de sufrir problemas de cicatrización.
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Tipos de abdominoplastia
- Miniabdominoplastia. Es como una abdominoplastia tradicional pero se retira menos cantidad de piel y grasa. Además, la incisión es más pequeña, ya que no se tiene que eliminar tanto exceso sobrante.
- Abdominoplastia circunferencial. Con est técnica se elimina en un solo procedimiento la piel sobrante del abdomen, de los muslos y de las nalgas del paciente. Se recomienda en aquellos pacientes que bajaron mucho de peso y tienen mucho sobrante de piel.
- Abdominoplastia en flor de lis (en forma de T). Es un procedimiento de abdominoplastia tradicional pero con una incisión en forma de T, es decir, un corte vertical y otro horizontal en el centro del abdomen. Esta técnica está recomendada en pacientes que se hicieron cirugía bariátrica previamente.
- Abdominoplastia endoscópica asistida. Este método quirúrgico se realiza cuando lo único que hay que hacer es reforzar la musculatura abdominal, sin retirar exceso de piel ni de grasa. El cirujano sutura los músculos que perdieron tono en la zona central del abdomen. En esta técnica se realizan pequeñas incisiones que suelen dejar cicatrices imperceptibles.
- Dermolipectomía. Es un procedimiento similar a la miniabdominoplastia pero, en este caso, el procedimiento se centra en eliminar más piel que grasa, sin que haya que reforzar los músculos de la zona.
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