Oxigenación hiperbárica en cirugía estética
El tratamiento de oxigenación hiperbárica no es nuevo. Se conoce desde el siglo XVII y se emplea desde comienzos del siglo XX en otros ámbitos como el buceo, para descomprimir después de las inmersiones. En medicina se comenzó a utilizar en la década del sesenta como método para curar o aliviar algunas enfermedades bacterianas e infecciosas.
Cuando se produce algún trauma o herida, ya sea quirúrgica o no, estos gérmenes afectan a nuestro organismo causando infecciones, algunas de las cuales pueden resultar de gravedad, e incluso pueden ocasionar la muerte. Por eso, en la actualidad la terapia de oxigenación hiperbárica se utiliza en procesos de recuperación posoperatorios.
¿Cómo funciona la oxigenación hiperbárica?
La oxigenación hiperbárica se utiliza en medicina para controlar o disminuir el riesgo de infecciones bacterianas. El tratamiento consiste en incrementar la presión del cuerpo con oxígeno mediante una cámara hiperbárica durante un tiempo estimado de 60 a 90 minutos. El oxígeno se respira a una presión superior a la normal o atmosférica que es de 2 ATA.
La oxigenación hiperbárica tiene numerosos beneficios en el ámbito de la medicina, específicamente, de la estética en los procesos de recuperación posquirúrgicos. Permite oxigenar las células del cuerpo, mejorar la circulación sanguínea, reducir la inflamación o hinchazón después de la cirugía, controlar la aparición de hematomas, acelerar el proceso de cicatrización, evitar hemorragias, necrosis de los tejidos e infecciones, prevenir la anemia.
La oxigenación hiperbárica y la cirugía estética
Como decíamos más arriba, la oxigenación hiperbárica aporta beneficios en los procesos posoperatorios. Muchos médicos cirujanos lo recomiendan para reducir el tiempo, los riesgos y los efectos secundarios después de la cirugía. En el caso de la cirugía plástica, estética y reparadora, los pacientes previene infecciones y favorece la cicatrización de los tejidos intervenidos. Y se utiliza especialmente en casos de colocación de injertos o prótesis porque ayuda a evitar posibles rechazos.
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La oxigenación hiperbárica no es un tratamiento que los cirujanos recomienden específicamente después de una cirugía estética, sino que, en función de la valoración del paciente, de su historial clínico, de la recuperación después la intervención, etc., puede recomendarse para solucionar o minimizar posibles problemas asociados a la cirugía.
Esto quiere decir que si la persona que se somete a un tratamiento quirúrgico está completamente sana y durante la operación y el posoperatorio no presenta complicaciones, no será necesario hacer uso de esta técnica.
El tratamiento se indica específicamente cuando aparecen lesiones, quemaduras, escisiones mal cicatrizadas o edemas que no desaparecen. También se utiliza para tratar problemas de necrosis de los tejidos producidas por la mala aplicación de rellenos inyectables e intervenciones. La oxigenación hiperbárica se recomienda cuando se dan infecciones posoperatorias después de la abdominoplastia, la lipo o la cirugía de mamas, cuando el cuerpo rechaza injertos o prótesis o en problemas circulatorios.
Por tanto, será el cirujano el que determine la necesidad de realizar esta terapia y establecerá el número de sesiones y la duración de las mismas según cada paciente.
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