Las várices son el producto de la dilatación permanente de las venas y la alteración estructural de su pared. La función de las venas de las piernas es retornar la sangre al corazón, contra la fuerza de gravedad. Para conseguirlo, cuentan con múltiples mecanismos de compensación. Cuando éstos fallan, aparecen várices.
Las várices son un problema estético además de funcional y en algunos casos también pueden causar dolor. Aproximadamente el 40% de las mujeres y el 25% de los hombres de edad adulta padecen este problema.
Las várices son venas dilatadas porque las válvulas venosas no pueden cerrarse por completo, lo que provoca protuberancias visibles en la superficie de la piel. Son reconocibles por su color azulado o violeta. En general, las venas varicosas se forman principalmente en las piernas, especialmente en la parte interna de los muslos y en las pantorrillas, pero también pueden aparecer en los tobillos y en los pies.
Los especialistas recomiendan estar atento a diversos síntomas que pueden dar cuenta de la aparición de várices: sensación de hormigueo, dolor, ardor, dolor, calambres musculares, sensación de hinchazón, sensación punzante o sensación de pesadez, picazón en la piel, piernas inquietas, cansancio y la fatiga de las piernas.
Es importante aclarar que las várices no son solamente un problema estético, sino una patología del sistema circulatorio. De hecho, la presencia de várices también puede ser un síntoma de otras enfermedades circulatorias más graves.
Las aparición de várices puede estar condicionada por varios factores:
Para tratar adecuadamente las várices, hay que consultar con doctores especialistas en flebología, cirujanos o médicos estéticos. El profesional, después de haber realizado una evaluación cuidadosa de la gravedad del problema y de haber establecido sus causas, podrá formular el diagnóstico correcto de acuerdo al paciente y, por lo tanto, puede indicar el tratamiento más adecuado.
Para elegir al profesional idóneo recomendamos consultar recomendaciones de otros pacientes, imágenes de resultados y verificar que cuenta con todas las certificaciones necesarias para ejercer su práctica médica. En Argentina, tenemos varias asociaciones dedicadas al tratamiento de las várices como la Sociedad Argentina de Flebología y Linfología y el Colegio Argentino de Cirugía Venosa y Linfática. Ambas instituciones cuentan con un registro de profesionales dedicados a la flebología. La SOARME (Sociedad Argentina de Medicina Estética) también reúne a diversos profesionales médicos que realizan tratamientos para las várices.
Hoy en día contamos con una gran variedad de técnicas y tratamientos para las várices. Los flebólogos tratan, en general, de recomendar tratamientos más conservadores que actúen únicamente sobre las zonas varicosas sin tocar las venas safenas. El objetivo es que se preserven en caso de un posible bypass futuro pero que, al mismo tiempo, se mejore la estética de las piernas.
Las várices tienen solución y tratamiento pero no siempre resulta ser el mismo. Hay distintas opciones, se puede realizar por medio de cirugía, con medicamentos, con técnicas de la medicina estética o con el apoyo de fisiatría.
Medicamentos
Las venas varicosas son venas dilatadas. Este problema se produce porque la pared pierde firmeza. Los medicamentos indicados son precisamente para reparar estas paredes y restituirles su tono favoreciendo la circulación sanguínea.
Cirugía
Las várices se pueden tratar con un método quirúrgico también. Se puede realizar una cirugía convencional o utilizar una técnica más moderna que es la microcirugía o cirugía por microincisiones.
Otras técnicas
Los especialistas de Cemef dicen que el tratamiento puede ser quirúrgico o bien con escleroterapia espumada con un examen previo que incluya el estudio Doppler vascular venoso de miembros inferiores y considerando el tiempo que dispone el paciente. En los últimos años se han desarrollado otras técnicas no quirúrgicas para el tratamiento de las várices. Éstas son:
Varicoterapia
Consiste en la introducción, mediante un catéter, de distintos medicamentos de acuerdo al tipo y grado de enfermedad venosa. Se aplica más que nada en los "derrames".
Método FOAM
Es la técnica más vanguardista y consiste en la inyección de una sustancia medicamentosa en forma de espuma que, combinada con el láser, actúa directamente sobre la pared de todo tipo de várices para repararla. Es un procedimiento ambulatorio y no requiere reposo. Se utiliza principalmente en venas grandes.
Método TRAP
Según la Dra. Adriana Ratto, el método TRAP trata en simultáneo todo el circuito venoso, comenzando desde la profundidad a la superficie. Primero se debe tratar el sistema profundo, las venas varicosas, las comunicantes y por último las arañitas que es lo único que se hace con el Laser. Su objetivo no es la destrucción de las venas sino la regeneración de la pared de todo el circuito venoso.
Se realiza mediante anestesia local y el médico introduce un catéter con un electrodo en la vena que está afectada. Con el calentamiento la vena queda obstruida.
Láser
Este método se combina con la aplicación de sustancias tónicas que potencian su acción. En una sola sesión se pueden tratar muchas várices juntas. Solo se requieren entre 3 y 4 sesiones para ver los resultados.
Fisiatría
La fisiatría es un complemento que ayuda a frenar el proceso varicoso. Su acción evita la pérdida de sustancias por mala oxigenación y mejora la circulación. Los tratamientos más comunes son la presoterapia y la electroestimulación.
Los tratamientos en sí no suelen ser dolorosos y el paciente puede retomar sus actividades diarias con normalidad al poco tiempo. Pero todo depende del tratamiento indicado. Algunas personas pueden tener mayor sensibilidad que otras y esto también puede variar según el tipo de intervención que se realice.
En general, los tratamientos son muy simples, rápidos e indoloros. En el caso de que el paciente sienta un dolor agudo o una molestia o efectos secundarios, es imprescindible contactar con el especialista médico que lo trató.
Después de los tratamientos realizados, las várices tienden a disminuir hasta desaparecer por completo. La piel de la zona tratada mejorará notablemente pero, además del aspecto estético, el paciente también notará una mejora física en general, ya que la hinchazón y los dolores disminuyen.
Sin embargo, independientemente del tratamiento utilizado para el tratamiento de las várices, quienes tienen una predisposición para desarrollar esta patología es probable que noten que las várices vuelven con el tiempo. Los especialistas recuerdan que se trata de una enfermedad crónica: las terapias y los tratamientos pueden curar las venas enfermas, pero con el tiempo la patología podría afectar otras venas que en el momento de la intervención no se habían visto afectadas. La mejor manera de prevenir las várices es llevar una vida sana y activa, seguir un control médico y realizar exámenes anuales para verificar el estado general de salud.
Para garantizar mejores resultados, se pueden utilizar medias elásticas de compresión que ayudan a tensar los vasos sanguíneos y mejoran la circulación en general. También se recomienda realizar una actividad física regular para ayudar a bombear más la sangre y mejorar la capacidad cardíaca, reduciendo así la incidencia de las várices. Una vez que se trata una vena, el problema no vuelve a aparecer en la misma, pero pueden producirse nuevas lesiones.
Por eso es tan importante cambiar algunos hábitos. Los médicos recomiendan:
Es importante destacar que el tratamiento solo no es eficaz si no se acompaña de algunas medidas preventivas, como llevar un estilo de vida saludable y menos sedentario. En la mayoría de los casos, la mejor manera de prevenir las várices es seguir una dieta equilibrada, hacer ejercicio y seguir alguna de estas recomendaciones: