De acuerdo con la Sociedad Argentina de Medicina Estética, el uso de radiofrecuencia data de 1891, en ese entonces se comenzó a experimentar con la aplicación de corrientes alternas que más adelante, a inicios del siglo siguiente (1908) se utilizarían como parte de tratamientos oncológicos. Para 1920 este tratamiento formaba parte habitual de las cirugías y se utilizaba para coagular los vasos sanguíneos evitando hemorragias.
La radiofrecuencia es un tipo de bioestimulación física que hace uso de radiación electromágnetica (en una frecuencia de 3kHz a 300MHz) que de forma regulada logra penetrar hasta las capas más profundas de la dermis absorbiéndose como calor sin dañar las capas superficiales, según describe la Sociedad Argentina de Medicina Estética. El sistema puede lograr alcanzar una temperatura de 40 a 45 grados celsius que activa los fibroblastos y estimula la producción de fibras de colágeno. El resultado es una mejora notable de la piel dándole un aspecto rejuvenecido.
En el mercado hay una variedad de dispositivos utilizados en la radiofrecuencia como el Thermage, Fixer, Elixis, Polaris WR o Accent, y si bien todos tienen características particulares y ofrecen beneficios específicos, estos se pueden clasificar en según la distribución que hacen de la energía:
El calor producido por la radiofrecuencia da pie al proceso neocolagenosis o contracción y regeneración de las fibras de colágeno, según explica la Sociedad Argentina de Medicina Estética, que regenera y revitaliza el aspecto de la piel del rostro y del resto del cuerpo.
La radiofrecuencia suaviza las líneas de expresión y arrugas, tensa la piel y le da densidad al tejido alrededor de los ojos, tiene un efecto lifting, ayuda a clarar cicatrices y a definir el contorno del rostro.
A nivel corporal el tratamiento puede aplicarse para tratar la celulitis y adiposidad localizada ya que el efecto térmico acelera el metabolismo de las células grasas y su destrucción. Además, mejora la circulación, el drenaje linfático y la oxigenación del cuerpo, lo cuál en conjunto ayuda a reducir la apariencia de la piel de naranja.
La radiofrecuencia tiene una diversidad de aplicaciones y puede tratar distintas áreas del rostro como párpados, ojeras, mejillas y contorno de boca, así como la papada. Esta técnica puede aplicarse también en brazos, glúteos, entrepiernas, piernas y abdomen.
La radiofrecuencia es un tratamiento apto para cualquier tipo de piel y para pacientes que deseen disminuir su flacidez tanto en el rostro como en la zona de cuello y pecho, o los brazos, piernas y abdomen, dado que puede aplicarse para definir el contorno corporal y además mejorar la apariencia de la celulitis. Los efectos de la estimulación térmica pueden acentuarse combinando este con otros tratamientos.
Recientemente se ha comenzado a utilizar el sistema de radiofrecuencia en tratamientos de rejuvenecimiento vaginal, dado que le brinda a las pacientes la posibilidad de recuperar la tensión de la piel y la mucosa del área que puede perderse con la edad o tras procesos de parto, esto puede ayudar también solucionar casos de incontinencia urinaria. Para estos procedimientos se debe contar con la participación de un ginecólogo o médico especialista en esta área.
La Sociedad Argentina de Cirugía Plástica, Estética y Reparadora destaca que el procedimiento está solo contraindicado en pacientes que tengan marcapasos, prótesis metálicas u otros dispositivos cercanos a las áreas a tratar, también si se ha realizado algún tratamiento quirúrgico en la zona en los 6 meses previos, o si presenta procesos infecciosos activas. Tampoco es un tratamiento recomendado durante el embarazo o periodo de lactancia.
Los médicos y cirujanos en medicina estética deben realizar estudios específicos y contar con una certificación para realizar tratamientos de radiofrecuencia, podés validar sus credenciales y preparación visitando las páginas de la Sociedad Argentina de Cirugía Plástica, Estética y Reparadora y la Sociedad Argentina de Medicina Estética. Al momento de elegir al especialista podés revisar comentarios de sus pacientes en línea y ver fotografías o vídeos de sus procesos de "antes y después" para ver el tipo de resultados que podés obtener.
Como paciente es importante que indagues e investigues para ubicar un profesional que ejerza su práctica en una clínica o estética que tenga tanto los equipos adecuados y aprobados para llevar a cabo el tratamiento de forma segura y bajo las condiciones sanitarias requeridas.
En la primera consulta el médico realizará una evaluación de la piel y la zona que se desea tratar, la Sociedad Argentina de Cirugía Plástica, Estética y Reparadora destaca que el especialista deberá prestar particular atención a la textura, pigmentación, signos de envejecimiento, flacidez, redistribución de tejido adiposo y la tensión o la laxitud de los músculos, sean del rostro o de otras partes del cuerpo. Esto permitirá elegir tanto el tipo de radiofrecuencia a aplicar como identificar si es necesario que se combine con otros tratamientos para obtener los resultados deseados.
Es muy importante que a esta consulta el paciente asista sin maquillaje para poder apreciar realmente las condiciones de la piel y que sea realmente honesto con el médico respecto a las imperfecciones que desea corregir y cuales son las expectativas que tiene de sus resultados. El médico deberá tomar esto en cuenta para ofrecer el tratamiento adecuado y solventar todas las dudas que el paciente pueda tener, en especial cuando este se acerca a la consulta en búsqueda de una opción no quirúrgica para recuperar o renovar su apariencia.
Durante esta consulta el especialista podrá tomar fotografías para hacer más adelante un control de los resultados obtenidos.
Según el tipo de equipo que sea seleccionado por el médico para llevar a cabo este procedimiento, el tratamiento puede comenzar con la aplicación de hielo o un analgésico tópico en la zona a tratar para suavizar la sensación de calor que el paciente puede sentir durante los 40 a 60 minutos de tratamiento, según explica la Sociedad Argentina de Cirugía Plástica, Estética y Reparadora.
Según la geometría o ubicación de los electrodos a través de los cuales se aplicará la energía eléctrica, podemos describir dos tipos de procedimientos:
En general, la radiofrecuencia es un tratamiento poco invasivo que genera una sensación térmica o de calor que puede resultar incluso agradable y relajante para el paciente quien además podrá percibir los efectos del procedimiento desde la primera sesión.
Tras la primera aplicación de radiofrecuencia el área tratada puede estar enrojecida o ligeramente inflamada, pero este efecto secundario disminuye con el pasar de las horas y pueden colocarse compresas frías para aliviarlos.
Según la Sociedad Argentina de Medicina Estética, un 80% de los pacientes tratados con esta técnica ven resultados inmediatos que se reflejan como un cambio positivo en la tensión y textura de la piel tras la primera aplicación. Sin embargo, los efectos más notorios serán apreciados tras la sexta semana de tratamiento.
El médico indicará la duración del tratamiento y el número de sesiones necesarias que pueden variar entre 2 o 3 sesiones mensuales, más las sesiones posteriores de mantenimiento. Durante este proceso es muy importante seguir sus consejos para cuidar la piel manteniéndola hidratada y protegiéndola de la exposición solar.
La aparición de síntomas persistentes o que no hayan sido descritos como posibles efectos secundarios por el médico tratante como ampollas, manchas o irritación, requiere de una consulta y tratamiento.
La Sociedad Argentina de Medicina Estética de medicina estética destaca que este es un tratamiento prácticamente indoloro, mínimamente invasivo, de sencilla aplicación, con un efecto o respuesta rápido y mínimas complicaciones, además ofrece ventajas como la estimulación del sistema circulatorio que mejora la oxigenación y el funcionamiento metabólico, aumento de la eliminación de tóxinas y de retención de líquido al estimular también el drenaje linfático. La principal ventaja de este tratamiento es el aumento en la producción de colágeno que genera que se traduce en una gran mejoría de la apariencia cutánea.
La Sociedad Argentina de Medicina Estética explica que la radiofrecuencia genera calor a nivel de la epidermis produciendo la activación y contracción de los fibroblastos que darán origen a nuevas fibras de colágeno y factores de crecimiento, con el paso de las sesiones el colágeno se irá regenerando en los distintos niveles de la piel y el paciente podrá observar resultados como:
De acuerdo con los expertos de la Sociedad Argentina de Cirugía Plástica, Estética y Reparadora algunos de los efectos secundarios más comunes son las quemaduras cutáneas, las cuales pueden estar relacionadas a una mala regulación de la temperatura generada durante el procedimiento, por lo cuál se resalta la importancia de asistir con un profesional de la salud especializado en la técnicas.
Otros efectos secundarios que se han observado son la aparición de manchas, apariencia irregular de la piel producida por la reabsorción de tejido adiposo, en casos aislados se ha observado incluso la aparición de signos de parálisis facial.
Para evitar la aparición de manchas es necesario seguir las recomendaciones de evitar la exposición solar y altas temperaturas tras el procedimiento.
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