Los lunares y sus riesgos
Se calcula que 1 de cada 10 nacidos a partir del año 2000 va a padecer cáncer de piel. Debido a alteraciones climáticas como la ruptura de la capa de ozono, la cantidad de rayos solares que impacta sobre la piel es mayor, y eso predispone a lesiones que pueden degenerar en cáncer.
Existen tres tipos, básicamente, de cáncer de piel: el basocelular, el espinocelular y el melanoma, que es el más maligno de todos.
El melanoma se origina en las células con melanina (pigmento oscuro). En el 30 a 50 % de los casos surge de un lunar (nevus) que en un principio era normal, luego sufre cambios displásicos (nevus atípico) y finalmente degenera en cáncer (melanoma).
Los lunares aparecen a partir del año de vida y generalmente hasta los 40 años. Una persona tiene habitualmente entre 10 y 40 lunares en el cuerpo. Tener más lunares de lo habitual es un factor de riesgo para tener melanoma.
Otros factores incluyen: la piel blanca, cabellos rubios o rojizos y ojos claros; la edad (la prevalencia es mayor en adultos mayores); haber recibido exposiciones solares intensas de tipo intermitente, tabaquismo, entre otras.
Medidas de prevención:
- Mínima exposición al sol entre las 10 y las 16 hs.
- Usar pantallas solares factor 30 o superiores. Reaplicar cada dos horas o luego de transpirar mucho o sumergirse al agua.
- Fundamental (sobre todo en los chicos) colocar el protector 30 minutos antes de la exposición para que se absorba. Lo ideal es colocárselo antes de ponerse la malla.
- Usar sombreros y anteojos de sol
- Ir a playas o lugares en los que uno se pueda resguardar a la sombra en las horas del mediodía
- La ropa protege realmente, sobre todo prendas especiales para la gente con piel más delicada.
- No tomar sesiones de cama solar
- Control periódico de los lunares
El control de los lunares es fundamental para prevenir el melanoma. Lo puede realizar uno mismo (autoexamen) y periódicamente (una vez al año) consultar para control con un profesional.
Para el autoexamen, hay un método muy simple, basado en las alteraciones que puede ir sufriendo un nevus normal, que se transforma en nevus atípico. Se lo conoce como:
"El A,B,C,D,E del lunar y el melanoma"