La calvicie: cómo tratarla
Tener una cabellera sedosa y abundante es sinónimo de juventud. Por eso muchas personas que comienzan a perder pelo con la edad piensan en recuperarlo y recurren a diferentes técnicas y tratamientos estéticos.
Cuando la pérdida de cabello es abundante hablamos de alopecia o también de calvicie. Puede clasificarse en un montón de categorías según su origen y manifestación. La más común es la androgénica o calvicie común, que ocurre en el 95% de los casos y afecta principalmente a los hombres. Es menos frecuente en mujeres pero también puede darse.
Cuándo hablamos de alopecia
No toda caída del cabello significa alopecia. Es una enfermedad que hace que el pelo perdido no se vuelva a recuperar, no crece de nuevo. Se destacan principalmente dos factores de influencia y condicionamiento: el factor genético y el factor hormonal. El primero está determinado por un componente hereditario aunque no se conoce el gen responsable porque se trata de una herencia poligénica dominante. El segundo factor depende fundamentalmente de los andrógenos, las hormonas masculinas, que actúan sobre los folículos pilosos predispuestos genéticamente. Esto afecta a los folículos pilosos y da lugar a la caída del cabello.
En la mayoría de los casos, la pérdida de cabello se da en zonas determinadas y parciales. No obstante, se puede llegar a perder todo el pelo y no solo del cuero cabelludo sino también el vello facial y corporal.
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Por qué se produce la alopecia
Decíamos antes que hay dos principales factores condicionantes que pueden dar lugar a la enfermedad. Pero también hay otros como la mala alimentación, el estrés, las enfermedades endocrinas, los procesos infecciosos o incluso el uso de determinados fármacos o la falta de hierro o anemia.
En la población femenina, suele estar relacionado con los cambios hormonales después de la menopausia. También puede estar relacionada con los cambios hormonales que produce el embarazo, el parto o un aborto. También hay que considerar otros factores de menor incidencia pero que influyen como el uso de peinados tirantes que debilitan las raíces.
La mala alimentación como condicionante de la alopecia
Todos sabemos que alimentarse bien es sinónimo de salud y bienestar. Ocurre lo mismo en el caso de la alopecia. La falta de nutrientes puede ocasionar una pérdida de volumen y ser perjudicial para el cabello, debilitarlo y provocar su caída. Esto se puede observar en pacientes con problemas de desnutrición, anorexia nerviosa o bulimia. También ocurre a veces en pacientes que se realizaron un bypass gástrico.
Cuando el origen de la alopecia es la mala alimentación, se puede corregir adquiriendo hábitos alimenticios saludables. No se recomienda hacer dietas extremas, sino comer variado y llevar un estilo de vida saludable.
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Tratamientos para la alopecia
En los hombres la alopecia suele asumirse sin problemas. Sin embargo, hay gente que busca un tratamiento adecuado y necesita entonces consultar con dermatólogos profesionales para conocer las mejores técnicas de acuerdo a las características de su problema.
El tratamiento con monoxidilo o el uso de corticoides ayuda a frenar la caída pero no produce la recuperación del pelo perdido. Para eso existen otras técnicas como el transplante capilar.
El implante o transplante capilar es la única opción para recuperar el cabello perdido. Se implanta en aquellas zonas más afectadas por la calvicie. Se lleva a cabo con anestesia local y de forma ambulatoria. Para el preoperatorio el médico pedirá simplemente un análisis de sangre para descartar posibles enfermedades que sean incompatibles con el tratamiento. El día previo al implante, se aconseja lavar el pelo con un shampoo especial y hacer un ayuno de unas seis horas antes de la intervención.
La operación puede durar unas cinco o seis horas y consiste en extraer folículos sanos e implantarlos en las zonas donde no hay cabello. Durante el proceso de recuperación, el paciente tiene que evitar tocarse o rascar la zona donde se colocó el implante. Se aconseja dormir boca arriba durante dos o tres días. El médico recetará un medicamento para evitar molestias y recomendará hidratar la zona con suero fisiológico porque pueden aparecer costras o hinchazón en la frente, en los ojos y en las mejillas por la anestesia. Al cabo de unos días estas molestias desaparecen.
A partir del segundo día se puede higienizar la zona donante sin ningún cuidado especial. A partir del cuarto día se puede mojar el cabello completo pero siguiendo los cuidados y recomendaciones sugeridos por el especialista. Las costras se van cayendo poco a poco, entre siete y diez días después de la operación. Los folículos quedan totalmente implantados después de ese tiempo.
El cabello trasplantado se cae un mes después de la intervención pero el folículo piloso está sano y al cabo de unos días vuelve a crecer el pelo y con el paso del tiempo va ganando fuerza y densidad. Los resultados finales se pueden ver a los 12 meses desde la fecha de la intervención.
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