Cómo tratar la diabetes por obesidad
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La obesidad y la diabetes son dos problemas que van de la mano. Muchos no consideran el exceso de peso como una enfermedad pero preocupa que cada vez haya más gente obesa. En los países desarrollados el problema es cada vez más notorio y los casos de obesidad infantil empiezan a ser numerosos.
El sobrepeso es un problema relacionado con un estilo de vida sedentario y la mala alimentación. Las personas que tienen este problema presentan, a nivel psicológico, otras patologías asociadas como la depresión y la baja autoestima. A nivel físico, también aparecen algunos inconvenientes como el riesgo de infarto, el aumento del colesterol, la hipertensión y la diabetes.
La obesidad se relaciona directamente con la diabetes mellitus tipo 2. Se trata de una enfermedad crónica que requiere que el paciente controle su alimentación y se inyecte insulina. Si no se controla la enfermedad, puede traer problemas más graves como una mala cicatrización, problemas de circulación o de visión.
Cómo se relaciona la obesidad con la diabetes
El consumo en exceso de carbohidratos o azúcares hace que la concentración de glucosa en sangre suba y que el páncreas segregue más insulina para que las células aprovechen esa glucosa. Con el tiempo, el páncreas agota y reduce su actividad impidiendo la llegada de glucosa a las células.
En este proceso se producen dos cosas, por un lado el aumento de la resistencia de las células a la insulina y también la imposibilidad de que la insulina entre en ellas. La obesidad y el aumento de la grasa abdominal se asocia directamente con este problema.
Adelgazar y conseguir un peso saludable es una solución. Si bien otros tipos de diabetes no tienen cura, la del tipo 2 puede controlarse con la pérdida de peso y mejorar notablemente sus síntomas. El problema es que cuando los niveles de obesidad son altos, es difícil que el paciente pueda adelgazar solo por su cuenta. En esos casos la cirugía restrictiva, que reduce la capacidad del estómago y controla la cantidad de alimento que se ingiere, puede ser una buena alternativa para empezar a cuidarse.
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Cómo ayuda el bypass gástrico a controlar la diabetes
Los expertos en la materia sostienen que el bypass gástrico es una de las mejores opciones para bajar de peso en aquellos casos en los que la obesidad es acentuada. Sin embargo, no todos los pacientes pueden someterse a esta operación. Deben tener un índice de masa corporal superior a 30 y llevar menos de 10 años con diabetes.
En el 2017 se realizó un estudio que constató que hasta el 45% de los pacientes que se sometieron a esta cirugía lograron erradicar la enfermedad. El grupo de control fueron pacientes con diabetes por obesidad que, a diferencia del otro grupo analizado, hicieron un tratamiento con dieta y ejercicio. Dentro de ese grupo, menos del 2% lograron una remisión total de la diabetes.
La conclusión fue que el bypass gástrico es una solución efectiva para tratar el problema de la diabetes de tipo 2.
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El combo: cirugía + dieta + ejercicio
Si bien la cirugía es la técnica más efectiva para curar la diabetes, no funciona del todo si no se complementa con un estilo de vida saludable. Es fundamental que los pacientes que se hicieron el bypass gástrico empiecen a alimentarse bien y a realizar actividad física para que la diabetes no vuelva a manifestarse.
Si el paciente no mantiene los resultados después de la operación, volverá al punto de partida. Por eso es importante que, durante todo el proceso, se sigan las recomendaciones del médico y de todos los profesionales que asistan en el tratamiento, para que la figura y el buen estado físico y de salud se prolonguen en el tiempo.
En general, las operaciones restrictivas se realizan por una cuestión de salud y no solo de estética. Hoy en día se realizan sin mayores complicaciones y con un postoperatorio sencillo y rápido. No obstante, lo mejor es prevenir que curar, tratar de no llegar a la instancia de la cirugía.
Según las últimas estadísticas y estudios realizados sobre la obesidad, en el año 2022 habrá más niños obesos que niños con problemas de desnutrición. Para evitarlo, es necesario que como adultos demos el ejemplo y eduquemos a los más chicos en la alimentación sana y la práctica del deporte. Se deben incorporar alimentos ricos en fibra, reducir el consumo de carbohidratos y azúcares y hacer ejercicio de forma moderada varias veces a la semana para mantener la salud y el estado físico.
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