Lipobarrido: la lipo sin cirugía
Cuando seguís una dieta sana y hacés ejercicio regularmente pero no bajas de peso, la lipoláser puede ser una opción ideal para eliminar la grasa que se deposita en esas zonas difíciles como el abdomen, los muslos o los glúteos. Una vez que la grasa se instala ahí es difícil liberarse de ella.
La técnica más difundida y efectiva para eliminar los depósitos de grasa era, hasta hace unos años, la liposucción. Como cualquier otra cirugía, supone pasar por el quirófano, por anestesia y una recuperación que lleva un tiempo. En el postoperatorio, además, hay que tomar precauciones y cuidados especiales para que los resultados sean los esperados.
En la ultima década, la medicina estética consiguió ganarle territorio a la cirugía y propuso nuevos tratamientos y técnicas para modelar o esculpir el cuerpo sin tener que pasar por una cirugía. Un ejemplo de ello es el lipobarrido, una técnica no invasiva que permite estilizar la figura y recupera la firmeza de la piel.
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La técnica del lipobarrido
El lipobarrido es una técnica novedosa que permite eliminar la grasa acumulada por medio de un barrido celular intradérmico. La energía transmitida directamente a las células grasas hace que las mismas se deshagan y sean eliminadas a través del sistema linfático y de la orina.
Este tratamiento corporal de última generación, modela la silueta y reduce la celulitis mejorando visiblemente la piel para que se vea más firme y rejuvenecida. Cada sesión dura 45 minutos y los resultados son inmediatos. Con un solo tratamiento se pueden reducir hasta 6,5 centímetros y es efectivo en el 98% de los casos clínicos tratados. El número de sesiones a realizar depende del estado del paciente y de las zonas que haya que tratar.
El procedimiento consiste en un primer diagnóstico del paciente en el que el médiico evalúa cuáles son las zonas a tratar y determina qué cantidad de grasa hay que eliminar para conseguir los mejores resultados. Luego se aplican altas cargas de energía capaz de atravesar la piel y llegar hasta la célula grasa para romperla y lograr que se elimine de manera natural.
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Zonas que se pueden tratar
Por lo general, se realiza en el abdomen, caderas, brazos y piernas. El lipobarrido es capaz de tratar no solo las zonas pequeñas, como otras tecnologías conocidas, sino también de barrer la grasa en superficies más grandes.
Una de las principales ventajas de este tratamiento es que logra modelar la figura y eliminar la grasa sin cirugía. No produce dolor ni deja cicatrices. La grasa se elimina de forma totalmente natural. El plus es que mejora también el aspecto de la piel cuando hay celulitis o flacidez. El lipobarrido sirve para obtener también una piel más lisa, tersa y suave.
Aunque es un tratamiento no invasivo, no deja cicatrices, no necesita anestesia ni recuperación, se desaconseja en personas que presenten problemas renales o que hayan tenido cáncer. Hay que consultar siempre con el profesional a cargo para recibir un consejo de calidad y evitar posibles riesgos. Además, los disparos energéticos deben ser controlados para que no se realicen en zonas no deseadas. Por eso es necesario que esté supervisado por un médico capacitado.
Cuidados antes y después del tratamiento
Antes de realizar el tratamiento es necesario consultar con el médico cuáles son las opciones disponibles y si se aplica o no al caso. Por ejemplo, si el paciente tiene demasiado sobrepeso, los resultados no van a ser los deseados porque eliminar ciertos cúmulos de grasa no va a lograr que adelgace. Por eso es importante estar en un buen estado físico y optar por este tratamiento cuando con la dieta y la actividad física es difícil eliminar la grasa que se acumula en determinadas partes del cuerpo.
Después del tratamiento es necesario que el paciente adquiera buenos hábitos de alimentación y salud. Hay que tratar de reducir la ingesta de productos como el azúcar o las grasas saturadas. También se recomienda que los días siguientes a la sesión, el paciente tome como mínimo dos litros de agua al día para que se elimine mejor la grasa a través de la orina.
Lo positivo es que desde la primera sesión ya se empiezan a notar los efectos, pero es en el lapso de 30 a 45 días cuando se pueden apreciar los efectos definitivos, una vez que el cuerpo ha eliminado toda la grasa.
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