Arrugas de expresión vs. arrugas de soporte: cómo saber si se tratan con Bótox o con ácido hialurónico

Arrugas de expresión vs. arrugas de soporte: cómo saber si se tratan con Bótox o con ácido hialurónico
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Creación: 10 oct 2025 · Actualización: 10 oct 2025

A simple vista pueden parecer similares, pero su origen es distinto, y por eso requieren tratamientos diferentes. Mientras algunas se deben al movimiento repetido de los músculos faciales y se tratan con toxina botulínica (Bótox), otras aparecen por pérdida de volumen y estructura de la piel, y se corrigen con rellenos de ácido hialurónico. Conocer esta diferencia es clave para obtener resultados naturales, armónicos y duraderos.

Arrugas dinámicas: las que se mueven con vos

Las arrugas dinámicas, también llamadas arrugas de expresión, son las que aparecen por la contracción repetida de los músculos del rostro. Cada vez que reímos, fruncimos el ceño o entrecerramos los ojos, los músculos se activan y la piel se pliega. Con el paso del tiempo, esos pliegues dejan una marca visible incluso en reposo.

Las zonas más comunes donde aparecen son:

  • Entrecejo (líneas de preocupación)

  • Frente (líneas horizontales)

  • Contorno de ojos (patas de gallo)

El tratamiento ideal para estas arrugas es la toxina botulínica tipo A, conocida popularmente como Bótox. Su función no es “rellenar” sino relajar el músculo responsable del movimiento, evitando que la piel se siga marcando. El resultado es una expresión más descansada y natural, sin rigidez ni cambios faciales drásticos cuando se aplica correctamente.

El efecto del Bótox comienza a notarse entre los 3 a 7 días posteriores a la aplicación y alcanza su máximo alrededor de los 15 días. Su duración media es de 4 a 6 meses, dependiendo del tipo de piel, la fuerza muscular y los hábitos de cada persona. Lo ideal es mantener el tratamiento de forma periódica para prevenir que las arrugas dinámicas se vuelvan permanentes.

Arrugas estáticas: las que vienen con el tiempo

Las arrugas estáticas, en cambio, son las que se mantienen visibles incluso cuando el rostro está en reposo. No dependen del movimiento muscular, sino de la pérdida de colágeno, elastina y ácido hialurónico natural que ocurre con los años. La piel se vuelve más fina, pierde firmeza y comienza a plegarse por falta de sostén.

Este tipo de arrugas suelen encontrarse en:

  • Surcos nasogenianos (líneas que van de la nariz a la boca)

  • Líneas de marioneta (desde la comisura hacia el mentón)

  • Pómulos y labios (pérdida de volumen o definición)

Para tratarlas se utilizan rellenos de ácido hialurónico, una sustancia biocompatible que aporta volumen, hidratación y soporte a la piel. A diferencia del Bótox, el ácido hialurónico no afecta la contracción muscular, sino que actúa como un “sustento estructural”, rellenando y suavizando los pliegues desde dentro.

Los resultados son visibles de inmediato y pueden durar entre 8 y 18 meses, según el tipo de producto, la zona tratada y el metabolismo de cada paciente. Además, el ácido hialurónico estimula la producción de colágeno, por lo que mejora la calidad de la piel a largo plazo.

¿Se pueden combinar ambos tratamientos?

Sí, y de hecho, los mejores resultados suelen lograrse con un enfoque combinado. Bótox y ácido hialurónico no compiten entre sí, se complementan. Mientras el Bótox detiene el movimiento que origina la arruga, el ácido hialurónico restaura el volumen perdido y mejora la textura cutánea.

Por ejemplo:

  • En el tercio superior del rostro (frente, entrecejo, patas de gallo), el Botox es el protagonista.

  • En el tercio medio e inferior (surcos, labios, mentón), el ácido hialurónico es el tratamiento de elección.

El secreto está en realizar una valoración facial personalizada, donde el profesional identifique qué tipo de arruga predomina en cada zona y cuál es el abordaje más adecuado. Un diagnóstico correcto garantiza resultados naturales y evita la sobre corrección o la falta de armonía.

Entender la diferencia entre arrugas dinámicas y estáticas ayuda a elegir el tratamiento correcto y tener expectativas realistas. El Bótox relaja los músculos y previene que las arrugas se profundicen, mientras que el ácido hialurónico rellena, hidrata y devuelve soporte al rostro. Ambos son tratamientos seguros y eficaces, siempre que sean aplicados por un profesional capacitado y con una visión estética integral.

En definitiva, no se trata solo de eliminar arrugas, sino de mantener la expresión, frescura y naturalidad que reflejan la mejor versión de cada persona.

Cuidar la piel y las expresiones del rostro no se trata de borrar la historia que cuentan tus gestos, sino de equilibrar y realzar lo mejor de cada rostro. Cada arruga tiene un origen distinto y requiere un tratamiento específico; por eso, la evaluación personalizada es fundamental. En manos expertas, el Bótox y el ácido hialurónico no cambian quién sos, sino que devuelven frescura, naturalidad y confianza, respetando tu identidad y tu manera única de sonreír.

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