Alimentación sana para el verano y las fiestas
Con la llegada del verano nuestros hábitos alimenticios necesitan un cambio. El calor y el sol nos piden adaptarnos a una dieta rica en fibras y alto contenido de agua para evitar la deshidratación. En las fiestas estamos acostumbrados a consumir más calorías y luego nos lamentamos de los odiados rollitos cuando queremos lucir la bikini. Pero no desesperes, en Esteticas.com.ar te damos unos consejos de verano para que estés más linda que nunca.
La familia de las frutas
El mejor postre para el verano es la fruta. Tienen pocas calorías y un poder saciante que te ayuda a dejar por unos meses el mate y las galletitas. Las frutas tienen un alto contenido de agua, fibra, vitaminas y minerales que te ayudan a hidratarte y a refrescarte con las altas temperaturas.
Aprovechá para consumir las frutas de temporada como la sandía y el melón, las ciruelas, duraznos, damascos y cerezas. Las ensaladas de frutas y los jugos naturales acompañan perfectamente los desayunos y meriendas, y las tardes en la playa.
Las ensaladas
Una buena alternativa para los almuerzos y cenas son las ensaladas de hojas frescas. De lechuga, pepino, tomate, remolacha, zanahoria y berro, las posibilidades y combinaciones son ilimitadas. Tratá de elegir y agruparlas por colores para conseguir una comida más completa y nutritiva.
Si querés conseguir una piel más bronceada e hidratada elegí los betacarotenos, que están presentes en la zanahoria y, en general, en las verduras de color rojo, amarillo, naranja o verde muy oscuro. Podés complementar el plato de verduras con algo de proteínas como pescados, pollo, huevo y queso. Tratá de elegir las opciones bajas en grasa.
Olvidate de las harinas
Limitá la ingesta de alimentos con alto índice glucémico (sobre todo el exceso de helados y bebidas gaseosas). Evitá las harinas refinadas y tratá de preparar platos con sabores neutros para controlar el hambre.
Las barritas de cereal light, las tostadas integrales con mermelada diet y las frutas son un buen sustituto para cubrir la necesidad de dulce y harinas a lo largo del día. Y sí, una vez a la semana podés darte un gustito y visitar la heladería, la panadería o tomarte un café con medialunas.
Las fiestas y la comida
En las fiestas estamos acostumbrados a consumir alimentos muy calóricos, más adecuados al invierno que al verano. Por eso es importante que no te pases demasiado en la ingesta calórica porque luego es difícil compensar el exceso.
Lo ideal sería elegir helado y frutas para el postre, muchas ensaladas de hoja y pescado para la cena y, en la mesa dulce, optar principalmente por los frutos secos y las frutas desecadas frente a los turrones, el pan dulce y los polvorones.
En estos días de fiesta, por lo general, consumimos el doble o incluso el triple de calorías en poco tiempo. Por eso es importante que comas de a poco, disfrutando de la celebración. Los días siguientes vas a tener que recuperar el ritmo y hacer algunos sacrificios para acomodar el organismo nuevamente a la rutina.