Hiperhidrosis: cómo tratarla
Hiperhidrosis: cómo tratarla
La transpiración juega un rol fundamental en la regulación de la temperatura corporal. Para ello, el cuerpo humano consta de 2 a 5 millones de glándulas ecrinas, capaces de producir 0,5 litros de sudor por hora compuesto en un 99% por agua, en un individuo normal.Este mecanismo está regulado por conducciones nerviosas conocidas como sistema nervioso simpático. Aquellas situaciones que provoquen una estimulación del mismo, como el ejercicio, algunos alimentos o fármacos, generará la producción de sudor. Cuando ésta última está aumentada, se conoce como hiperhidrosis.
¿Cómo sé si tengo hiperhidrosis?
Este trastorno puede ser primario o secundario, de acuerdo a la asociación o no a patologías subyacentes. Es necesario destacar, que para afirmar la existencia del mismo, se debe constatar el aumento localizado de la transpiración de forma visible, por lo menos por 6 meses, que interrumpa las actividades de la vida diaria.
¿Cómo se puede tratar la hiperhidrosis?
Existen múltiples tratamientos en la actualidad, tanto tópicos, con cloruro de aluminio como primera línea, así como otros métodos químicos, físicos y quirúrgicos, capaces de disminuir en gran parte la transpiración, brindando mayor confort al paciente.
Entre los últimos, contamos con toxina botulínica, un agente capaz de bloquear la transmisión nerviosa en los mecanismos previamente mencionados, de forma temporal, por lo que es necesario la reaplicación cada 4 a 6 meses. Con respecto a la extracción quirúrgica de las glándulas ecrinas, su principal desventaja es que deja cicatriz, y puede tener complicaciones propias de cualquier intervención quirúrgica o específicas como la transpiración compensatoria en una zona diferente a la tratada.
Actualmente en Instituto Médico Rodríguez Saá contamos con un nuevo tratamiento, la radiofrecuencia fraccionada con microagujas (INFINI®) que provoca la destrucción glandular a través de termólisis mediante la emisión de microondas que generan calor localizado con mínimo daño de los tejidos circundantes logrando la reducción de la transpiración hasta en un 50%, en los estudios publicados. Este último método está en auge, y resulta muy promisorio, ya que requiere al menos dos sesiones, manteniéndose los efectos aún después de 12 meses de realizado. Es un procedimiento seguro, ambulatorio, bajo anestesia local, sin inconvenientes para retomar las actividades de la vida diaria de forma inmediata. Resulta entonces, uno de las opciones más adecuadas para aquellas personas que no obtienen respuesta después de los tratamientos locales.
Dra. Agustina RomanelloDermatóloga