Eliminá la flacidez y la celulitis con radiofrecuencia corporal
Los años pasan factura. Aumentamos de peso, aparecen las estrías y la celulitis es cada vez más. Uno de los problemas más molestos, asociados al envejecimiento, es la flacidez. Y es lo que más nos preocupa a las mujeres. Por suerte, cada vez hay más tratamientos disponibles para combatir este problema. La radiofrecuencia corporal es uno de ellos. En esta nota te contamos algunos detalles de esta técnica.
Conociendo el problema...¿qué es la flacidez?
La flacidez es la pérdida de tonicidad de la piel. Se produce cuando se debilitan los tejidos que sostienen nuestro organismo y es un síntoma que aparece con el paso de los años porque las proteínas de colágeno y elastina van disminuyendo y pierden su eficacia para adherirse a las fibras musculares. Así, la piel pierde firmeza, se vuelve más fina y sensible y con un aspecto descolgado. Las áreas donde más se nota es en el rostro y en la zona del abdomen.
La celulitis también aparece con la edad. Es una enfermedad metabólica que se asocia a cambios funcionales en el tejido conectivo, a problemas de circulación o a la hipertrofia de las células adiposas. En otras palabras, la acumulación de grasa genera la formación de nódulos que provocan la tan odiada piel de naranja. El aspecto de la piel en la zona afectada por la celulitis no es firme ni tonificado.
¿Cómo funciona la radiofrecuencia?
La radiofrecuencia es una técnica que utiliza radiaciones electromagnéticas para generar calor y se aplica en las diferentes capas de la dermis. La energía de la radiofrecuencia trabaja en los niveles más profundos de la piel y deja intacta la zona epidérmica (la capa superficial de la piel). Dicho de otro modo, el calor o la energía se produce, se irradia desde la zona más profunda de la dermis hacia la más superficial.
La aplicación de radiofrecuencia sobre la piel y los tejidos da buenos resultados. Su principal ventaja es que favorece la eliminación de la celulitis y mejora la flacidez:
- Funciona como un drenaje linfático eliminando líquidos y toxinas del cuerpo
- Mejora la circulación en la zona tratada. Al oxigenar el cuerpo, mejora el metabolismo del tejido graso y, en consecuencia, mejora el aspecto de la piel considerablemente.
- Promueve la formación de nuevo colágeno. Se crean nuevas fibras de colágeno que favorecen la firmeza de los tejidos. Además, el daño controlado causado por el calor tiene como consecuencia una respuesta inflamatoria. Esto provoca la migración de fibroblastos, lo cual reforzará la estructura del colágeno de la zona tratada.
Las sesiones duran entre 45 y 60 minutos aunque depende de la cantidad de piel a tratar. Después del tratamiento, se aplica un gel refrigerante en la zona para descongestionar. El número de sesiones depende de cada paciente pero en tratamientos corporales suelen necesitarse entre 6 y 10 sesiones.
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Tipos de radiofrecuencia y resultados
Existen dos tipos de radiofrecuencia:
- Bipolar: provoca un calentamiento superficial de la piel
- Unipolar: provoca un calentamiento en la zona más profunda de la dermis, cosa que permite actuar sobre el tejido adiposo.
El efecto inmediato de la radiofrecuencia es la formación de colágeno. Lo que se busca, en realidad, es la reestructuración del colágeno más profundo para eliminar las fibras envejecidas y sustituirlas por las que se generan. Así, los tejidos se vuelven más elásticos y el aspecto de la piel mejora. Los resultados se ven a los dos o cuatro meses después de finalizar el tratamiento aunque esto lo determinará el estado del colágeno de la persona.
Cómo cuidarse después del tratamiento
La radiofrecuencia es un tratamiento mínimamente invasivo. No duele y lo único que se siente es el calor aplicado. Sin embargo, en aquellos pacientes que tienen celulitis dolorosa, pueden sentir ciertas molestias cuando el cabezal pasa sobre el cuerpo.
El paciente puede retomar su vida normal inmediatamente. Lo único que se recomienda especialmente es no tomar sol y evitar los rayos UVA durante las 48 horas siguientes a la sesión. Se recomienda también tomar mucha agua tras una sesión para favorecer la eliminación de líquidos y toxinas que se generan tras la radiofrecuencia.
Los efectos secundarios que pueden presentarse son bastante inofensivos. Uno de ellos es el enrojecimiento de la piel, pero también pueden aparecer edemas tras la sesión. Son efectos transitorios así que no deben preocupar. También pueden aparecer pequeños hematomas en pacientes con fragilidad capilar, aunque esto es poco frecuente.
Aunque se trate de una técnica no invasiva, no puede practicarse en mujeres embarazadas o en período de lactancia, en personas con problemas de coagulación, en pacientes con cáncer, en personas que tengan prótesis metáicas o marcapasos en el corazón, en pacientes con cardiopatías graves, en personas con sobrepeso o en aquellas que se hayan realizado algún tratamiento de colágeno recientemente.
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