Los pacientes transgénero y la mastectomía bilateral
La disforia de género es una condición en la que el paciente siente que su identidad de género no se corresponde con su sexo biológico real. Muchas personas sienten la necesidad de cambiar de sexo para que su apariencia física sea consistente con su identidad de género.
En la disforia de género, la persona puede sentirse atrapada dentro de un cuerpo que no coincide con su identidad de género. Esto también puede afectar su elección de parejas sexuales, su comportamiento masculino o femenino, sus gestos y vestimenta y la autoestima.
El cambio de sexo es un proceso que requiere de tiempo y etapas. Primero se trata con hormonas y luego se puede optar por la cirugía para cambiar los atributos físicos. Una de las operaciones que permiten llevarlo a cabo es la mastectomía bilateral, es decir, la extirpación de las mamas en mujeres transgénero.
¿Cómo se realiza la mastectomía bilateral?
Esta cirugía se realiza con la finalidad de extirpar las mamas. Para eso se elimina el tejido mamario y se reduce el tamaño de los pechos, remodelando los pectorales para que tengan una apariencia masculina.
La intervención se divide en dos partes. Primero se extrae el tejido mamario y se elimina la grasa que da forma al pecho para aplanarlo. Después se introduce una prótesis para modelar el pecho y otorgarle un aspecto masculino, haciendo más grande la zona del pectoral. La técnica que se utiliza es subcutánea, para que los pezones y las areolas mamarias se conserven.
Si se trata de un pecho pequeño, se suele realizar una intervención periareolar: el tejido mamario se extrae a través de una pequeña incisión y las cicatrices que quedan son mínimas. En mamas de tamaño voluminoso se practica una técnica periareolar ampliada, abriendo desde la zona periareolar hasta la axila. Las cicatrices son más visibles, pero el crecimiento progresivo del vello las disimula con el tiempo
Los resultados de la mastectomía bilateral
Para llevar a cabo la cirugía se utiliza anestesia general. La intervención dura entre dos y cuatro horas y el paciente debe permanecer hospitalizado al menos un día. Luego comienza el proceso de recuperación, las curaciones y la cicatrización. Al principio las cicatrices pueden ser visibles, pero se van matizando con el paso del tiempo. Pueden quedar algunas imperfecciones en el pezón que se pueden corregir con cirugías secundarias.
En el posoperatorio, el paciente debe realizar reposo absoluto durante unos tres días. Luego puede recuperar paulatinamente su rutina cotidiana. La actividad física puede retomarse, con cuidado, al cabo de un mes.
Para evitar la acumulación de líquido, se pueden realizar drenajes. El paciente debe llevar una faja o banda de compresión por tres o cuatro semanas para que no aparezcan hematomas en la zona tratada y para que la piel se adhiera correctamente durante el proceso de recuperación.
Las cicatrices pueden estar rojas e inflamadas pero con el tiempo se normalizan. Es fundamental mantenerlas hidratadas y evitar la exposición al sol. Hay que tener en cuenta que el sol puede hacer que adquieran un tono más marcado en comparación con el resto de la piel. Por eso se recomienda siempre el uso de un protector solar de calidad y alto factor de protección. Si las cicatrices se cuidan bien las cicatrices, después de unos años casi no se notan.
↪️ ¿Tenés dudas? ¿Querés contarnos tu historia? Entrá a nuestro foro de esteticas.