Según la Sociedad Argentina de Dermatología, el acné es un desorden multifactorial de la unidad pilosebácea. El cuadro clínico puede ser significativamente variable, desde acné comedónico, quístico hasta acné fulminans. Aunque todos los grupos etarios pueden estar afectados por diferentes variantes, es principalmente un desorden de la adolescencia.
Según datos estadísticos, el 80% de las personas sufren de acné entre los 12 y los 25 años. Por fuera de este grupo etario, el 12% son mujeres y un 3% hombres. En esos casos, puede persistir hasta los 45 años de edad.
Se recomienda consultar con un especialista para diagnosticar y controlar los síntomas, además de evitar las cicatrices y los daños en la piel o hacer que las cicatrices permanentes sean menos visibles.
El tratamiento contra el acné se basa principalmente en reducir la producción de grasa de la piel, promover la renovación celular, reducir la inflamación y combatir las infecciones bacterianas. El tipo de medicamento a utilizar depende de la edad del paciente y del tipo que presente. Los medicamentos se pueden usar por vía tópica, es decir, aplicar una crema sobre la piel y, en algunos casos, será necesario combinarlos con medicamentos que se toman por vía oral. Es importante enfatizar que las mujeres embarazadas no pueden tomar medicamentos para tratar este problema porque pueden producir algún problema durante la gestación.
Según la Dra. Adriana Ratto, el acné activo (granitos, pústulas, inflamación, espinillas) requiere primero hacer estudios hormonales porque a veces se asocia a poliquistosis ovárica (anticonceptivos) e hirsutismo (depilación definitiva). Si está extendido por la cara, el pecho y la espalda el tratamiento debe ser sistémico con medicamento. Además se recomienda una dieta, protector solar diurno y una crema nocturna. Una vez que haya remitido y hayan pasado 6 meses se pueden tratar las secuelas (pocitos y cicatrices) con tratamientos como el láser CO2.
Cualquier persona afectada de una u otra manera por este problema estético puede ser evaluada por médicos especializados. Como se mencionó anteriormente, los pacientes son principalmente adolescentes, pero hay muchos casos de adultos que también se ven afectados por este problema.
Es importante enfatizar que el tratamiento se puede comenzar temprano, es decir, antes de que se produzcan lesiones graves o marcas permanentes en la piel. Es por eso que recomendamos hacer una consulta a tiempo.
El acné leve y moderado puede ser tratado por un médico clínico. Una vez que se realiza la evaluación y se inicia el tratamiento adecuado, los resultados son evidentes. Si persiste, es recomendable acudir a un dermatólogo.
Los dermatólogos están capacitados para tratar todos los tipos de acné, ya sean leves o de mayor gravedad, así como los casos que no responden a los tratamientos habituales. También pueden ayudar a tratar las marcas y cicatrices que quedan como secuelas.
Según el Dr. Eduardo Strussi, existen diferentes tipos de pieles y patologías que la afectan y hay varias alternativas terapéuticas de acuerdo a cada caso. Por eso es fundamental realizar siempre una consulta de evaluación con un profesional.
En la primera consulta, el médico evaluará la piel del paciente, analizará su historia clínica y determinará la causa de su problema de acné. Luego explorará y determinará las áreas del cuerpo afectadas por los granos y los comedones, para saber si hay inflamación asociada o no. Esto le ayudará a determinar si el paciente tiene acné leve, moderado o grave.
Una vez que el médico determina la gravedad del problema, decidirá qué tratamiento recibirá el paciente. Podría consistir solo en cremas tópicas, es decir, para aplicar en la cara o complementar con un medicamento oral.
Según el Consenso de la Sociedad Argentina de Dermatología, existen dos tipos de tratamiento de acuerdo al caso de cada paciente:
Tratamiento tópico
El tratamiento tópico del acné se indica principalmente en pacientes que tienen un tipo leve o moderado. Consiste en la aplicación de:
Tratamiento sistémico
Tratamiento hormonal
Aunque las causas del acné son diversas, los tratamientos actuales son muy efectivos para controlar estos factores. En general, el juvenil se reduce espontáneamente entre los 20 y los 25 años, pero los jóvenes que recibieron tratamiento durante su adolescencia tienen menos secuelas en la piel.
Es importante tener en cuenta que los resultados del tratamiento comienzan a ser visibles después de 4 a 8 semanas y es posible que, en algunos casos, la piel empeore sus síntomas y luego recién comience a mejorar poco a poco.
En muchos casos el paciente tendrá que seguir el tratamiento durante meses o incluso años para que el problema desaparezca por completo. Pero las mejoras son importantes para su autoestima y sus vínculos sociales.
Los efectos secundarios varían de acuerdo al tipo de medicamento utilizado. Por eso es importante que el médico le explique al paciente los posibles efectos adversos y las precauciones que debe tener durante el tratamiento.
La dapsona, por ejemplo, puede causar enrojecimiento y sequedad en la piel. Los antibióticos orales, como la tetraciclina, pueden ocasionar sensibilidad y enrojecimiento si el paciente se expone al sol, por eso es importante protegerse del sol mientras se sigue el tratamiento. Además, los antibióticos pueden causar malestar estomacal y su uso no debe prolongarse.
Los anticonceptivos orales pueden provocar aumento de peso, sensibilidad en los senos y náuseas. Finalmente, la isotretinoína oral tiene efectos secundarios muy importantes, como depresión y, en mujeres embarazadas, puede causar defectos congénitos en el bebé.