El vitíligo es una enfermedad cutánea que se presenta como la pérdida de pigmentación en la piel, su síntoma característico es la aparición de múltiples “manchas” de tamaños variados, que evidencian la muerte y pérdida del producto de los melanocitos o células que producen la melanina y dan color a la piel. Los bordes de la lesión tener color que va de los tonos intermedios a la hiperpigmentación y su observación puede indicar el tipo del vitíligo del paciente.
La Sociedad Argentina de Dermatología destaca que su causa es multifactorial, se debe a una mezcla de elementos que producen este cambio en la dermis. Las causas más frecuentes son:
Es importante resaltar que esta enfermedad cutánea es común tanto en hombres como mujeres, las primeras manchas pueden aparecer en la infancia la mayoría de los pacientes desarrolla la enfermedad antes de los 20 años, algunas personas ven los síntomas ya en la vejez. Aunque no pone en riesgo la vida del paciente, si tiene un grave impacto en su imagen personal, autoestima e, incluso, participación social, dado a los cambios progresivos en su apariencia. Aun cuando no hay una cura para el vitíligo y la hipopigmentación puede volver a aparecer en distintas zonas y en distintos momentos, hay tratamientos que pueden devolver la apariencia homogénea a la piel.
Según la Sociedad Argentina de Dermatología, entre 1 y 2 % de la población sufre de vitiligo, este se presenta en distintas formas y con una variedad de lesiones que se clasifican según su distribución y extensión:
Las características del borde de la mancha o lesión sirve también para identificar el tipo de vitíligo:
Tricrómico o gradata: el borde de la mancha tiene un color intermedio entre la piel del paciente y la zona despigmentada.
Cuadricromo: la lesión tiene áreas con hiperpigmentación, en especial alrededor de los folículos capilares.
Máculas confite: son pequeñas manchas desperdigadas, crecen entorno a los folículos y tiene un tamaño que varía entre 1 y 2 mm.
Inflamatorio: el borde de la lesión presenta una inflamación.
Si observás la aparición manchas en la piel, mucosas, cabello o iris ocular, es un motivo para visitar al médico especialista. El diagnóstico de vitíligo se realiza haciendo una evaluación de la piel, en especial cuando se trata de pieles claras, se hace el examen con luz de Wood o proyección de luz ultravioleta para observar propiamente la lesión.
Para descartar la presencia de otras patologías como linfomas o psoriasis se puede realizar una biopsia tanto de la piel sana como de la mancha. La Sociedad Argentina de Dermatología recomienda además realizar una serie de exámenes de sangre para descartar otras patologías como linfomas, es recomendable hacer una evaluación de anticuerpos en el organismo, visitar a un inmunólogo si se detectan señales de una enfermedad autoinmunes. Si presentás lesiones en los ojos u oídos , es factible que debás visitar en paralelo a un oftalmólogo u otorrino.
Una vez diagnosticado el vitíligo, el médico te guiará en un proceso de tratamiento que se enfocará en retrasar el proceso de pérdida de pigmentación e intentar devolver el tono homogéneo a la piel.
Para iniciar el tratamiento el vitíligo este se debe haber estabilizado, es decir, las lesiones deben haber pausado su evolución por al menos un año, esta será la señal para iniciar con los procedimientos quirúrgicos o más invasivos que pueden dar los resultados estéticos deseados en lo que respecta a devolver la pigmentación a la piel, según la Asociación Argentina de Dermatología.
Algunos medicamentos y procedimientos para tratarlo están contraindicados en casos en los que el paciente presente otras complicaciones como antecedentes de cáncer cutáneo o lesiones premalignas, daño solar, lupus, intolerancia o alergia a los compuestos. También es necesario notificar al médico si la paciente está embarazada o en periodo de lactancia ya que algunos medicamentos pueden estar contraindicados en estos casos.
El vitíligo es una enfermedad cutánea que no pone en riesgo la salud del paciente, pero puede estar relacionada a problemas autoinmunes, de tiroides, diabetes y daño ocular, por lo cual es necesario que el diagnóstico y tratamiento sea realizado por un dermatólogo especializado que cuente con la preparación y la experiencia para enfrentar de manera integral esta patología.
Para asegurar una buena experiencia y tratamiento, es recomendable visitar distintos especialistas y elegir en base a quien te inspira confianza para iniciar este proceso, sus calificaciones y también los resultados y comentarios que puedas ver de pacientes pasados. Puedes confirmar la certificación del médico visitando las páginas de la Asociación Médica Argentina, la Sociedad Argentina de Cirugía Plástica, Estética y Reparadora y la Sociedad Argentina de Dermatología.
La primera consulta será de evaluación y diagnóstico, el médico deberá hacer un estudio a profundidad de las lesiones o manchas, su localización, características de sus bordes, y presencia de otros síntomas como irritación, inflamación y prurito. El médico deberá revisar también el historial médico del paciente y antecedentes en la familia de vitíligo.
Es común que en este encuentro el doctor realice un registro fotográfico de las lesiones cutáneas para poder hacer un análisis comparativo futuro de su evolución. También que solicite realizar exámenes de sangre para descartar complicaciones como enfermedades autoinmunes que pueden relacionarse a la pérdida de pigmento.
El médico deberá explicarte los posibles procedimientos a aplicar para retardar el avance de la enfermedad y devolver el color a las zonas afectadas, deberá describir también los cuidados necesarios, los posibles riesgos, la duración de los resultados y sus limitaciones. Si bien el vitíligo tiene un gran efecto en la apariencia estética del paciente, el Dr. Enzo Insola destaca la importancia de asistir a un dermatólogo profesional que cumpla con los criterios y formación para abordar el tratamiento asegurando el bienestar del paciente.
Tratar el vitíligo con la intención de detener su avance y devolver la coloración a las zonas afectadas por la enfermedad, implica combinar varios tratamientos que incluyen desde medicamentos hasta procedimientos quirúrgicos. Dado que la evolución de la enfermedades impredecible también lo es el resultado de sus tratamientos. Según la Sociedad Argentina de Dermatología solo el 70% de los pacientes ve efectos favorables del tratamiento que pueden ir desde una repigmentación difusa, a una periférica o perifolicular (entorno a los folículos pilosos).
Para elegir el tratamiento el médico deberá evaluar las condiciones del vitíligo en el paciente: la extensión, ubicación y características de las manchas, el historial médico del paciente, posibles factores hereditarios, así como sus expectativas. Estos son algunos de los tratamientos actualmente disponibles para los pacientes:
Es importante destacar que el vitíligo es una enfermedad que no tiene cura y cuya evolución es impredecible, es por ello que sus tratamientos se enfocan en intentar detener su avance a lo largo de la vida del paciente y devolver la pigmentación a las zonas que hayan sido afectadas.
La Sociedad Argentina de Dermatología destaca que un tratamiento tópico puede tener una fase inicial de 1 a 6 meses, para luego pasar a un periodo de control cada 2 o 3 meses, con respuestas variables, el paciente deberá seguir las indicaciones de las dosis del paciente y estar pendiente ante cualquier reacción que requiera un cambio en el plan. En el caso de la fototerapia el proceso tomará de 3 a 6 meses, si no se observa la vuelta de la pigmentación en este período se suspenderá el tratamiento, durante este tiempo es necesario seguir las indicaciones del médico, en especial las referentes al cuidado de la exposición solar.
Las técnicas de despigmentación pueden tomar entre 6 y 12 meses para completar el tratamiento, pero sus primeros resultados se ven a partir del primer mes, durante este procesos es importante ser consistente con las aplicaciones o sesiones y evitar el contacto de cremas despigmentantes con otras zonas de la piel.
En el caso de la implantación de injertos la recuperación implica tanto un proceso de cicatrización como de que el cuerpo reconozca e integre el nuevo tejido y este comience a producir la pigmentación en el área deseada. Es elemental seguir las recomendaciones del médico para evitar el riesgo de necrosis, infecciones, cicatrices o marcas no deseadas.
Durante el proceso de recuperación y adaptación la fotoprotección será elemental para el paciente, ya que la piel se encontrará más vulnerable a las quemaduras y daños solares. El médico recetará el uso de protector solar con alta cobertura ante los rayos UVA y UVB, pero el paciente deberá también aplicar recomendaciones como evitar exponer grandes porciones de la piel o estar mucho tiempo bajo el sol.
La Sociedad Argentina de Dermatología indica que al menos un 50% de los pacientes verá una repigmentación de parcial a completa tras la realización del tratamiento indicado por el médico, lo cual brindará una satisfacción a nivel cosmético o estético.
El efecto de los medicamentos se verán después de las primeras 3 semanas e irán progresando a medida que se vaya completando el tratamiento.
La fototerapia ofrece muy buenos resultados en lesiones pequeñas en especial si se ubican en zonas con gran cantidad de unidades pilosebáceas. En el caso de los injertos, es necesario esperar a que el nuevo colgajo de piel se integre y active la producción de melanina, para apoyar este proceso el médico podrá recetar medicamentos o proceso de fototerapia.
En la mayoría de los casos los resultados serán temporales pero pueden extenderse en el tiempo siguiendo las recomendaciones dadas por el médico, en especial la fotoprotección será esencial en la vida del paciente tanto para prolongar los efectos del tratamiento como para evitar complicaciones como hiperpigmentación o la aparición de más lesiones.
El paciente podrá apoyarse en el proceso con maquillaje para camuflar o disimular pequeñas imperfecciones que queden, de esta manera podrá acentuar el aspecto homogéneo de su piel.
Las complicaciones relacionadas a los tratamientos para el vitíligo son variadas, como todos los procedimientos estéticos, médicos y quirúrgicos, estos implican una serie de riesgos. Según la Sociedad Argentina de Dermatología, estos son algunos de los efectos secundarios más comunes en el tratamiento:
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