Es posible que existan complicaciones en relación con el uso de la palabra. Aunque el término “verruga” se usa normalmente ante cualquier protuberancia que brota de la piel, sólo debería usarse cuando éstas no son cancerígenas que surgen cuando la piel experimenta alguna infección posible dentro de los distintos virus que conforman el Virus del Papiloma Humano, por ejemplo. Entre las zonas en las que se suelen presentar están las manos, los dedos, en la parte posterior del cuello y la espalda. Aunque en apariencia puedan iguales, hay de distintos tipos y diversa gravedad; están aquellas que no implican mayor riesgo y hay otras que se generan a partir de virus o a consecuencia de una enfermedad. Para conocer cuál es el tipo y cómo se debe abordar, es importante consultar con el especialista ideal: el dermatólogo.
Hay verrugas que pueden ser contagiosas y se transmiten por directo con la piel. Eso explica los casos en los que el paciente toca una en una zona del cuerpo, posteriormente toca otra zona y se produce una. Otros de los medios de contagio son las toallas o cuchillas de afeitar que hayan estado en contacto en su cuerpo o en el cuerpo de otra persona.
Otras de las protuberancias que pueden ser consideradas como “verrugas” son las lesiones carnosas y pediculadas que se localizan en el cuello, axilas e ingle. Estos son fibromas, donde el proceso de eliminación es mucho más sencillo. Esta variante no se considerada contagiosa.
Se pueden eliminar por dos razones; la primera es estética, debido a que la persona puede sufrir algún tipo de incomodidad visual, física y afectar su autoestima. Por eso desea eliminarla. La segunda razón es por salud: la protuberancia puede ser maligna, significar algún tipo de problema oculto en apariencia dentro cuerpo, entre otras complicaciones.
Sea por uno u otro caso, es el dermatólogo quien decide si debe ser extirpada o removida. A esta conclusión se llega a través de distintos análisis que permiten comprobar la causa y el tipo, a partir de que se analiza su dimensión y color. Luego de estas escalas, se procede a definir el método a utilizar para la eliminación. Más allá del método, como indica la especialista Dra. Rodríguez Stoup, suelen ser procedimientos sencillos.
Conviene aclarar que los métodos “caseros” no son recomendables al momento de tratar una verruga, salvo recomendación médica. Pero sin conocimiento ni autorización, no son aconsejables.
Se les clasifica a partir de su tamaño, color, ubicación, entre otros detalles. Seguidamente, algunos tipos que suelen ser lo más comunes:
Es necesario aclarar que la mayoría de las verrugas no implica algún riesgo para la vida de la persona, salvo que produzcan algún tipo de incomodidad, por ejemplo estética, o generen dolor. Para atenderla en cualquiera de estos casos, lo recomendable es que la persona asista a un dermatólogo para que éste determine el tipo, la causa y el posible tratamiento, con base en la edad y forma de vida de la persona.
Es el dermatólogo quien decidirá, en cualquiera de las causas, si debe ser eliminada o no; cuál es el mejor método para hacerlo; cuáles son las causas y cuáles son los posibles riesgos. Esto aplica, incluso, para los casos en los que la intención de eliminar la verruga sea un asunto estético. Siempre debe ser analizada por un especialista.
El primer paso es que el médico de cabecera la analice. Éste conoce tu historial médico, tu ritmo y forma de vida, y puede ofrecer un primer análisis confiable. Su lectura se basará en la ubicación de la verruga, su tamaño y color para luego remitirte a un dermatólogo o a un ginecólogo, en el caso de las genitales. En caso de que se desee evitar esta escala y asistir directamente a un dermatólogo, estas son las recomendaciones:
El especialista reconoce la verruga con solo mirarla. Ante posibles dudas, el dermatólogo podría realizar un raspado u otros análisis. Junto a estas posibilidades, también está una posible biopsia de piel, aunque este caso no es tan común. Sin embargo, como sugiere el especialista Damián Galeazzo, hay casos en los que es necesario hacerla para analizar. Esta última instancia se produce en un laboratorio una pequeña porción de la verruga para descartar otro tipo de enfermedades. Es un procedimiento seguro y rápido, practicado con la finalidad de descartar causas. No debe generar preocupación.
¿Cuándo es necesario consultar al dermatólogo? En caso de que la verruga duela o se tenga muchas. Los especialistas, a partir de la edad y el tipo, pueden sugerir uno u otro tratamiento para abordarla. Por eso es importante contar su opinión profesional.
En caso de que existan dudas en relación con el dermatólogo, se puede consultar a la Asociación Argentina de Dermatólogos.
No hay una única manera de realizar estos tratamientos. Cada uno, sujeto a las particularidades de la verruga, se desarrolla de manera particular. Puede requerir anestesia local o más de una sesión. Todo depende del tipo, las causas, y la lectura que haga el especialista. Sin embargo, acá hay algunos rasgos comunes dentro de los procesos.
Conviene recordar, como indica el doctor Dr. Marcos F. Alberto es importante la consulta personal para hacer un diagnóstico particular y evaluar el tratamiento a tomar.
Cada caso es particular y, por tanto, requiere medidas concretas e individuales. Sin embargo, hay distintas recomendaciones que pueden ser consideradas. La primera de ella es evitar la exposición solar al máximo. En caso de no poder evitarlo, es necesario utilizar un protector solar de alto SPF.
El paciente no debe, bajo ningún motivo, remover la verruga por sí mismo. Esto puede traer distintas complicaciones, tanto en la verruga como en la zona del cuerpo en la que se encuentra alojada. Sólo un especialista puede realizarlo.
Previo al tratamiento, el médico sugerirá algunas recomendaciones del tipo: la zona en la que está ubicada debe estar limpia, seca y libre de cualquier partícula química (venida de cremas, maquillaje o protector solar).
Internacionalmente se consideran distintas recomendaciones posterior a la cirugía, orientadas a la protección de la piel para evitar posibles consecuencias.
Es una de las preocupaciones constantes en los pacientes. La mayoría de los tratamientos no dejan cicatrices ni rastro de la verruga. Este objetivo es clave durante el tratamiento, y tanto el dermatólogo es responsable, al encontrar el método adecuado para intervenir, como del paciente, que luego debe cumplir al pie de la letra las recomendaciones de cuidado postoperatorio.
De acuerdo con especialistas del Instituto Médico Rodriguez Saa consultados, el protector solar es clave para evitar que se produzcan cicatrices. Luego del proceso, la piel generará una costra donde se realizó la intervención. Cuando ésta se caiga, es importante cuidar la zona con protector solar para evitar que esa zona se pigmente. Si la cirugía se produjo en un lugar muy visible y de constante exposición solar, la aplicación del protector será recomendada por tiempo indefinido.
La norma es que los pacientes encuentren satisfacción al culminar el proceso de remoción de la verruga. Es mínimo el porcentaje de casos en los que esto no resulta de la manera descrita o que, incluso, experimentan una reaparición cerca del lugar de donde fue removida. En esos casos, es necesario acudir nuevamente al dermatólogo para determinar las causas de la reaparición.
Uno de los tratamientos que presenta resultados inmediatos es el láser. Normalmente sólo requieren una sesión. Luego de esto, aparecerá una costa que desaparecerá con el paso del tiempo. Sin embargo, no todas pueden ser atendidas con este tratamiento. Por eso es importante tener la opinión del especialista.
Cada tratamiento o intervención puede derivar en efectos secundarios o contraindicaciones distintas. Sin embargo, el procedimiento que suele tener mayores riesgos es el enfriamiento. Éste puede ocasionar manchas alrededor de donde antes estaba la verruga o producir quemaduras en la piel por el frío aplicado. Por eso es recomendable que, si el especialista sugiere esta opción, se le consulte sobre los riesgos.
En relación con otros tratamientos, los efectos secundarios no están descifrados completamente. Pero suelen producirse en casos en los que el procedimiento no fue correctamente aplicado, derivando en posibles infecciones en el lugar en el que estuvo la verruga, así como derivar en otras posibles lesiones en la piel. Si alguno de estos se presente, es necesario consultar nuevamente al médico tratante.
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