¿Para qué sirven los rellenos (ácido hialurónico) en el rostro?
Los rellenos dérmicos o "fillers" ayudan a disminuir las líneas faciales y restaurar el volumen y la plenitud de la cara. A medida que envejecemos, nuestras caras pierden naturalmente la grasa subcutánea.
Los músculos faciales trabajan y se mueven más cerca de la superficie de la piel, por lo que las líneas de la sonrisa y las patas de gallo se vuelven más evidentes. La piel facial también pierde firmeza, lo que se suma a esta pérdida de volumen facial. Otros factores que afectan "la edad" del rostro, incluyen la exposición al sol, la herencia y el estilo de vida.
Para qué sirven los rellenos dérmicos
Los rellenos faciales, colocados correctamente, pueden hacer labios delgados mas voluminosos, mejorar el contorno facial, suavizar las arrugas y disimular surcos. También son utilizados para mejorar la apariencia de cicatrices retraídas o "hundidas" y corregir la sombra debajo de los ojos ("ojeras").
Los rellenos dérmicos pueden ser muy útiles en aquellos pacientes que empiezan a mostrar signos tempranos de envejecimiento o como un suplemento añadido a cirugía de rejuvenecimiento facial.
Lo que los rellenos faciales no pueden hacer es lograr un estiramiento facial, levantar las cejas o eliminar la piel excedente de los párpados. Para estos casos se recomienda un abordaje quirúrgico. Los tratamientos de rejuvenecimiento no quirúrgicos, como los rellenos faciales y la aplicación de toxina botulínica, ayudan a retrasar el tiempo de la indicación quirúrgica.
Es importante recordar que los rellenos dérmicos pueden ser permanentes o semipermanentes pero el paso del tiempo continua dejando su impronta. Por lo que es recomendable realizar pequeños retoques anuales para mantener siempre un aspecto natural y prevenir la aparición de nuevas arrugas.