Todo sobre la cirugía de aumento pectoral
Muchos hombres quieren aumentar el volumen de sus pectorales. Es una operación cada vez más solicitada por la población masculina y el equivalente al aumento de mamas en la mujer. La estética también es importante para ellos.
Para conseguir unos pectorales bonitos de forma natural, hay que ir mucho al gimnasio y hacer una dieta especial para aumentar la masa muscular. Pero en algunos casos, aunque se sigan estas prescripciones los resultados no se consiguen. En ese caso, la cirugía de pectorales es una buena alternativa. Algunos culturistas también recurren a los implantes para darle un "booster" a su físico.
Cómo es la cirugía de aumento de pectorales
La cirugía de aumento de pectorales es una operación menos compleja que el aumento de mamas femenino. Las prótesis de silicona que se utilizan no utilizan nunca materiales salinos y esa ausencia de líquido hace que las fugas o la rotura del implante no sea un problema porque no existe ningún riesgo de "contaminar" otras zonas del cuerpo. Eso no quiere decir que no haya que cambiarlas si se rompen, pero la urgencia es menor.
La cirugía se realiza con anestesia local y sedación aunque, si el médico lo recomienda, se puede utilizar anestesia general para que el paciente se relaje. Como no se trata de una cirugía compleja, suele realizarse con carácter ambulatorio y el paciente puede irse a su casa el mismo día de la operación. Los puntos se retiran al cabo de unos días y las cicatrices quedan ocultas en la axila.
La operación consiste en realizar una pequeña incisión en la zona de la axila y luego, con un endoscopio, crear una suerte de bolsillo detrás del músculo pectoral para deslizar el implante por ahí. A diferencia del aumento de mamas femenino, no hace falta separar el músculo de los nervios para colocar el implante, por eso es un procedimiento más sencillo de realizar.
El proceso de recuperación
Como toda intervención quirúrgica, el aumento de pectorales también requiere de un período de recuperación. El implante debe ajustarse bien al cuerpo y hay que controlar que no se produzcan infecciones o el rechazo de la prótesis. Lo mejor es seguir la recomendaciones e instrucciones del doctor para evitar complicaciones.
Durante las 24 horas posteriores a la cirugía, el paciente tiene que guardar reposo absoluto. Como efecto de la anestesia puede sentirse mareado, tener náuseas o cansancio corporal. Es importante controlar la temperatura porque si sube puede indicar algún tipo de problema. En ese caso hay que consultar inmediatamente con el especialista a cargo.
Dentro de los 7 días siguientes a la operación pueden aparecer hematomas o hinchazón en la zona tratada pero con el tiempo desaparecen. La herida puede supurar pus. En ese caso lo mejor es consultar con el cirujano si es necesario o no realizar sesiones de drenaje. Otro efecto asociado a la operación es la aparición de entumecimiento en la zona. Normalmente desaparece pasadas unas semanas, pero hay pacientes en los que esa sensación puede llegar a ser permanente. Si el paciente siente malestar puede tomar algún antiinflamatorio pero siempre bajo supervisión médica.
Después de las 48 horas, el paciente puede retomar poco a poco su vida diaria, aunque debe evitar levantar peso o realizar ejercicio de forma intensa durante, al menos, cuatro semanas.
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Desplazamiento del implante
Uno de los riesgos asociados a esta operación es el desplazamiento del implante. Por eso es fundamental hacer reposo los primeros días siguientes a la cirugía y evitar la sobrecarga de peso. La mayoría de los implantes se desplaza uno o dos milímetros, es normal y no afecta el resultado final.
Si el implante llega a desplazarse hacia la zona de la clavícula o hacia la zona de la axila, el efecto que se produce es antiestético. En ese caso sí será necesario realizar una segunda cirugía para corregir estéticamente.
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