Entendiendo el rejuvenecimiento facial: arrugas estáticas vs dinámicas
El Botox (toxina botulínica tipo A) llegó para quedarse, desde 1987 en adelante es uno de los grandes avances en la medicina estética que provocó una gran repercusión y cambios de paradigma en el rejuvenecimiento facial. Es tan revolucionario que llegó al punto de reemplazar prácticamente por completo al lifting coronal (para tratar las arrugas de la frente) tornándolo casi obsoleto en el tratamiento del tercio superior de la cara. Gran parte de esto se debe a la simpleza y seguridad de su aplicación (comparado con el lifting) y un costo mucho menor.
Pero es importante entender que tiene sus limitaciones, no porque sea un mal producto sino porque tiene un efecto específico y por lo tanto un resultado específico. Acá se torna importante establecer en la consulta que cosas se pueden lograr con el Botox y cuales no. Hay que tener en cuenta que el Botox actúa "debilitando" al músculo (provoca una parálisis parcial, provisoria y controlada), entonces el efecto que podemos esperar del mismo va a estar relacionado por este mecanismo de acción, o sea los problemas relacionados con el movimiento muscular, en este caso las arrugas de expresión o dinámicas que son las que se forman debido al movimiento sostenido de los músculos.
Por otro lado, existen las arrugas estáticas que se deben a una disminución del espesor de las capas y de la estructura elástica de la piel (pérdida de colágeno y elastina) y descenso de la capacidad de regeneración celular y están relacionadas con la fuerza de gravedad y no con los movimientos musculares (la piel se "afloja"), por eso el Botox no va a tener efecto en ellas (no directo al menos). Este tipo de arrugas suelen beneficiarse más de tratamientos como peeling, láser y/o rellenos con ácido hialurónico.
La gran importancia de esta diferencia se da en que debe establecerse en la consulta que es lo que hace el Botox, qué problemas puede resolver y que se puede hacer con lo demás. Decidir cuando es necesario combinar tratamientos con el Botox como rellenos con ácido hialurónico. Si uno fija expectativas exageradas que no se pueden cumplir, suelen aparecer las decepciones. Esto se puede evitar informando y estrableciendo expectativas realistas y comprendiendo que efecto tiene cada tratamiento (sea Botox, rellenos faciales, etc) para que la experiencia sea motivo de felicidad y bienestar en lugar de frustración.