Tratamientos sin cirugía para las bolas de bichat
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Los pómulos son una de las partes más sensuales del rostro. Con la edad pueden perder su forma, aumentan las mejillas y puede que se descuelguen un poco. En esta nota te contamos cómo conseguir un rostro definido sin pasar por el quirófano.
Los pómulos bien proyectados aportan elegancia y sensualidad. Son fundamentales para la estética del rostro y, específicamente, para el denominado "triángulo de la belleza facial" que enmarca las facciones.
Las bolsas de Bichat
Las bolas de Bichat son cúmulos de grasa que se ubican debajo de los pómulos. Aportan soporte y estructura a la cara pero con el paso del tiempo pueden caerse o hacerse más grandes. Esto hace que el rostro pierda su forma angular y desdibuja las facciones.
La opción quirúrgica para quitar las bolas o bolsas de bichat es la bichectomía. Consiste en la extracción del exceso de grasa en la zona para obtener un rostro más estilizado. Sin embargo, todo paso por el quirófano supone el uso de anestesia general o local y un proceso de recuperación antes de retomar las actividades cotidianas. Por eso la mayoría de la gente prefiere optar por tratamientos menos invasivos que no los obligue a pasar por el quirófano ni tener que ausentarse del trabajo durante el postoperatorio.
Actualmente también existen otras opciones no invasivas que permiten corregir esa zona de la cara sin tener que someterse a una cirugía estética. Los tratamientos no quirúrgicos que consiguen reducir el volumen de las mejillas son aquellos que disuelven los cúmulos de grasa para que el cuerpo los elimine de manera natural. El resultado es un óvalo facial más definido.
Una de las técnicas más utilizadas es la mesoterapia facial. Consiste en la aplicación de vitaminas, minerales y ácido hialurónico para revitalizar la piel y mejorar su aspecto. Para reducir el tamaño de las mejillas se pueden usar diferentes productos inyectables que puedan ser expulsados a través de la orina. Otra alternativa que también se utiliza mucho es la carboxiterapia. Se infiltra CO2 para licuar la grasa y permitir que el cuerpo la pueda expulsar también a través de la orina.
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La mesoterapia facial
La mesoterapia facial está indicada en personas de entre 25 y 30 años. La cantidad de sesiones depende de cada paciente, de su estructura facial y concretamente de la cantidad de grasa que haya que eliminar. El profesional que lo trate hará un seguimiento personalizado y definirá las características del procedimiento.
En líneas generales, podemos decir que son necesarias entre 3 y 10 sesiones que se pueden realizar una o dos veces a la semana. La recuperación demora entre 2 y 4 horas y los efectos son visibles al cabo de una semana.
El tratamiento no produce efectos secundarios pero sí pueden aparecer pequeños hematomas o moretones en la zona tratada, que en unos días se van. Se recomienda especialmente no tomar sol entre 24 y 48 horas después de la sesión y utilizar protector solar. También se aconseja utilizar cremas hidratantes con vitamina K1.
Dado que la grasa se expulsa a través de la orina, es importante que a lo largo del tratamiento el paciente tome al menos dos litros de agua al día. Para que las mejillas no vuelvan a aumentar de tamaño, lo ideal es cuidarse con la alimentación, seguir una dieta sana y, en todo caso, si se vuelve a acumular grasa en la zona, el tratamiento se puede repetir sin inconvenientes.
Efectos que se consiguen
Mientras se realizan las sesiones, y al finalizar el tratamiento, el paciente va notando que la grasa de las mejillas desaparece progresivamente y que el óvalo facial empieza a definirse. Como mencionamos anteriormente, el objetivo de esta técnica es eliminar la grasa y reafirmar la piel, por eso se suele combinar la mesoterapia con la aplicación de cremas tonificantes.
Además, se pueden combinar otros tratamientos para conseguir mejores resultados. Por ejemplo, se puede realizar radiofrecuencia o el láser para reducir las arrugas e incentivar la producción de colágeno.
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Los resultados de todas estas técnicas son rápidos y seguros. Evitan que los pacientes tengan que pasar por el quirófano, no son dolorosas y no requieren grandes cuidados después de cada sesión. Lo que sí se recomienda siempre es que sean realizadas por profesionales preparados y en centros habilitados para tal fin. Consultá con tu esteticista cuáles son las opciones que tenés y qué tratamiento te recomienda hacer.
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